Sede corporativa

Símbolo del compromiso del grupo con la vanguardia, la sostenibilidad y el arte

Historia

Diseñada por el prestigioso arquitecto César Pelli, la Torre Iberdrola alberga la sede social del grupo y representa, por sus características, el km 0 de las energías renovables. Su imponente estructura de cristal de 165 metros de altura es un icono financiero y empresarial de la ciudad que la acoge, Bilbao, y un referente en diseño sostenible y eficiencia energética. El edificio es también un punto de encuentro entre arte y sociedad, el cual se puede visitar de forma virtual. 

Inaugurada oficialmente el 21 de febrero de 2012, la Torre Iberdrola es a día de hoy, en su décimo aniversario, el epicentro del 'Manhattan' bilbaíno y el hogar donde conviven y trabajan a diario entre 1.800 y 2.000 empleados. Con 50.000 m2 de superficie útil, recibe mensualmente del orden de 6.000 visitas.

Este gran obelisco, cuya forma triangular permite el máximo aprovechamiento del espacio, es de hecho el edificio más elevado del núcleo urbano. Con una superficie construida de alrededor de 62.000 metros cuadrados, distribuidos a lo largo de 41 plantas totalmente diáfanas, las proyecciones de los vértices de este prisma se unen simbólicamente a una altura de 1.000 metros. Por su parte, la fachada tiene 20.000 metros cuadrados, equivalente a dos campos de fútbol, y cuenta con 5.000 módulos de vidrio de altas prestaciones, bajo emisivo y extra claro.

Situada en el regenerado paseo de la ría bilbaína, a poca distancia de las principales áreas y edificios que conforman el Bilbao del siglo XXI —el Museo Guggenheim, el Palacio Euskalduna, la Plaza de Federico Moyua y el Muelle Campa de los Ingleses— la sede del grupo ocupa un emplazamiento que refleja la apuesta de la compañía por el País Vasco y por la ciudad que hace más de 100 años vio nacer a varias empresas que conforman el actual grupo Iberdrola.

Respetuosa con el medio ambiente

La Torre Iberdrola ha sido concebida como un motor para la creación de valor para los empleados de la compañía, su entorno y sus clientes. La distribución interna de la sede potencia el trabajo en equipo, la transferencia del conocimiento y el aprendizaje organizativo en un espacio idóneo, respetuoso con el medio ambiente, que favorece la eficiencia operativa.

El edificio cuenta con la prestigiosa Certificación LEED CS 2.0 (Leadership in Energy and Environmental Design), otorgada por el USGBC (Green Building Council de los EEUU) que evalúa y reconoce los proyectos más saludables, ambientalmente más responsables y con estructuras más rentables. Con este fin, se ha tenido en cuenta la regeneración de la zona, los accesos al transporte público, la capacidad del parking, el aparcamiento de bicicletas o la maximización de los espacios al aire libre.

Además, el consumo energético de la Torre Iberdrola proviene exclusivamente de fuentes de energía certificadas 100% renovables, que promueven un máximo respeto medioambiental al evitar emisiones de CO2 y otros gases contaminantes. El edificio, energéticamente eficiente, está construido con al menos un 20% de material reciclado y con otro 20% de materiales de la zona, para reducir los impactos medioambientales derivados del transporte de mercancías. La tecnología implantada permite también reutilizar el agua y reducir un 40% de su consumo estándar.
 

Un espacio para el arte

Una parte fundamental del compromiso de Iberdrola pasa por la promoción del arte y la cultura. Por eso, en el vestíbulo del edificio convive una heterogénea muestra de obras de artistas vascos como el pintor Jesús María Lazkano, los escultores Cristina Iglesias y Txomin Badiola o los multidisciplinares Darío Urzay, José Ramón Amordarain y Asier Mendizábal. A su vez, la Torre Iberdrola ha sido protagonista indiscutible de obras que ilustran la transformación urbanística de la capital vizcaína. Así lo refleja, por ejemplo, una serie de fotografías de José Manuel Ballester que representa el imponente edificio desde diferentes perspectivas, pasando de una contemplación a pie de calle hasta una panorámica del ventanal de una de sus plantas.